
La declaración del 9 de julio no fue un mero formalismo. Fue un acto revolucionario que implicó una ruptura definitiva con el pasado colonial y sentó las bases para la construcción de una nueva identidad nacional.Cuando el diputado Juan José Paso preguntó a los diputados presentes: "¿Quieren que las Provincias de la Unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? y de "toda otra dominación extranjera" -una adición clave que surgió días después para disipar cualquier sospecha de dependencia futura- la respuesta fue un rotundo y unánime "¡Sí,queremos! ".